La semana pasada asistí a una formación sobre redes sociales y deporte, donde se habló fundamentalmente de Facebook y Twitter, la formación la impartió, y bastante bien por cierto, Carlos Zuloaga (http://twitter.com/czuluaga). Durante el curso, Carlos comentó como distintos clubs como el Atheltic y la Real ya estaban iniciando el empleo de Twitter, si bien él consideraba que de una forma demasiado “oficial”, limitándose a hacer referencia a noticias de los medios de comunicación, sin ninguna “pasión” y por ello con muy poco atractivo.
Ese mismo día, empecé a seguir a la Real y la verdad es que coincido plenamente con Carlos, no aporta nada nuevo, se limita a realizar recortes de prensa, pues vaya qué pena!, porque era una forma original de enganchar y comunicar con la afición. Tras unos días, tengo la oportunidad de comentarlo con el propio club, la respuesta es contundente: “no, creo que es una confusión, la Real no tiene presencia oficial en ninguna red social”.
Vuelvo a casa, y entro en la cuenta de Twitter de la Real: el escudo es de la real, el nombre de la cuenta es “Real_Sociedad”, miro su perfil, y efectivamente se ve la web oficial de la real, sigo leyendo y al final se indica “Twitter ofiziala ez”, en la imagen he puesto un pantallazo de la cuenta, para que vea cómo se encuentra dicha notificación en el contexto global de la cuenta. 
No me gusta que alguien juegue con la ambigüedad de esta forma, además, ¿cualquier persona puede apropiarse de insignias, logos y marcas? ¿hemos sido Carlos y yo los únicos que no se han percatado de esta ambigüedad? ¿las 747 personas que siguen a la cuenta con el escudo y nombre de la Real, saben que NO es la Real? A mí desde luego me cabrea que se actúe de esta manera, porque desvirtúan unos medios tan sorprendentes y beneficiosos como las redes sociales, por qué ahora me tengo que preocupar en verificar cada cuenta, cada persona si es quien dice ser ¿Por qué existen personas u organizaciones sin la valentía, responsabilidad o simplemente honestidad necesarias para identificarse por ellos mismos?
Voy a Facebook y me encuentro hasta 3 páginas con el nombre de la Real Sociedad, en fin no lo entiendo, falsear o jugar con la identidad de otras personas u organizaciones no es de recibo, quizás buscan eludir cualquier responsabilidad bajo una falsa identidad.
Un saludo de @juaniraola, bueno eso creo.
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Transformación Digital 
Yo creo que, estando mal la «suplantacion de identidad», es una causa del no posicionamiento de la entidad dentro de estos canales. Cuando hay un interes por seguir a una determinada entidad, evidentemente hay un publico objetivo y como tal un hueco que llenar, y si no es la propia entidad, este hueco lo llenara otro.
En este caso, en el mundo de internet existe una cierta sensacion de anonimato que hace proclive el medio a la suplantacion. A muy pocas personas se les ocurriria el identificarse como otra en el mundo «real», pero esta sensacion de que no hay nadie observando hace que la gente sea mas atrevida. Es como cuando la gente se comporta conduciendo de forma diferente a como lo haria fuera del coche: la sensacion de estar «tras el cristal» nos hace creer invulnerables, y asi insultamos, gritamos y hacemos gestos que fuera del coche no nos atreveriamos a repetir.
Volviendo a lo del hueco que llenar, evidentemente si la entidad tuviese su sitio oficial, no haria que no existieran otros que intentaran impersonarse, pero desde luego probablemente saldrian primeros en las listas de seguidores, de forma natural, dejando claramente fuera de juego a aquellos que no fuesen los oficiales.
Y si no, siempre nos quedara el nominarles como «spam»… al menos les pondremos alguna dificultad hasta que los de verdad se decidan…
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Supongo que en Twiter pasará lo mismo que pasó en su momento con los dominios web, que si no puedes demostrar que tu dominio es tuyo por una buena razón podrán quitartelo. Y actualemente las redes sociales son un mundo que están descubriendo las empresas. Cuando sepan lo que les puede aportar Facebook y Twiter empezarán las luchas legales para apoderarse de nombres y cuentas.
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